La pulga de tu perro, mi cita con ella y la vergüenza

Todo comenzó un martes por la tarde, cuando acepté cuidar a “Rocky”, el perro de mi vecino. Era un mestizo de pelo tan abundante que parecía un cojín con patas. Mientras lo acariciaba, sentí un cosquilleo en el brazo. Miré, y ahí estaba: una pulga diminuta, con esa insolencia que solo los parásitos tienen. Intenté … Sigue leyendo La pulga de tu perro, mi cita con ella y la vergüenza